Octubre

Dos ángeles de Amamanta fueron enviados para consolarnos, ayudarnos a darnos cariño y apoyo cuando más lo necesitábamos mi bebé y yo, dolorida y aturdida en plena subida de leche con el pecho al límite de su capacidad…
Contacté con la asociación por teléfono y me ofrecieron asistencia presencial. Esa misma tarde para ayudarme al vaciado pero era tal la presión del pecho que no llegaba a las 17h, me enviaron un vídeo de extracción manual y en una hora procedí con el vaciado, el suficiente para que el bebé pudiera succionar y drenarme!
Me devolvieron la alegría por amamantar y les estaré siempre agradecidas a Laura y Silvia por ayudarme tanto, desinteresadamente y sin conocerme de nada.
En el taller presencial aprendí trucos y me dieron consejos magistrales y muy útiles.
Hay héroes y el siguiente nivel son ellas, ángeles de Amamanta!