Mi vida tuvo un punto de inflexión a partir de la entrada en ella de nuestra querida matrona Rosario Rozada y con ella esa cadena de la cual habla Mónica Balaguer Segarra (mi madrina de lactancia). Lo que encontré en este grupo de mujeres me abrió los ojos a una nueva manera de vivir y relacionarme, aprendí a vivir desde el corazón. Gracias Salome Laredo Ortiz, gracias Barbara Birigay Gil, nuestro hilo de vida continua entrelazado, las vivencias compartidas crean fuertes vínculos. Gracias a todas las mujeres que habeis dado tanto y de manera tan generosa a través de vuestra labor en centros de salud y hospitales, es mucho lo que dais, a veces puede parecer poco pero es como una semilla y cuando germina se forma un bosque