En estos momentos de dificultad, el verdadero valor de una red de apoyo se hace más visible que nunca. Durante la DANA que afectó a Valencia, el programa De Mare a Mare de Amamanta fue mucho más que un acompañamiento: fue refugio, consuelo y acción solidaria.
Las lluvias trajeron incertidumbre, miedo y complicaciones, especialmente para las madres embarazadas, con bebés o niños pequeños. En medio del caos, De Mare a Mare estuvo presente. Se movilizaron con empatía, ofreciendo escucha, apoyo emocional, ayuda práctica y una presencia constante que marcó la diferencia en nuestra vida. Saber que había alguien al otro lado, dispuesto a tenderte la mano sin condiciones, me hizo sentir acompañada, vista y sostenida.
Gracias, Amamanta, por estar. Gracias por demostrar que el acompañamiento entre madres es mucho más que palabras: es compromiso, solidaridad y amor. El De Mare a Mare ha sido un faro en medio de una tormenta horrible.
Con todo mi agradecimiento y cariño.