Soy fan, muy fan de Amamanta, y es que ¡la labor que hacen merece todo el reconocimiento! Bárbara fue la primera en tenderme la mano, por allá por enero cuando mi bebé tenía apenas unas semanas; la lactancia estaba siendo dolorosa, y él no ganaba suficiente peso. Me insistió en que fuese a un taller y ahí empezó a cambiar todo. Fuimos al de San Marcelino, donde Andrea vio que el peque tenía frenillo (3 pediatras que le habían visto lo pasaron por alto); me derivaron a la UL así que empecé a ir al taller del Peset, con Puri, y luego por cercanía terminé en el de Quart, con Deli. Todas nos acogieron con los brazos abiertos y nos fueron ayudando en cada etapa. Tengo que agradecer en especial a Andrea y Deli, que cuando he tenido cualquier dudilla me han respondido enseguida y me calman mis agobios de mamá primeriza. Con Deli estuve además en bastantes talleres virtuales durante el confinamiento y, aunque no era lo mismo, fue una ayuda inmensa para mí y muchas mamis que acudían con sus dudas y problemas.
Me he hecho socia, ¿cómo dudarlo?, es lo mínimo que puedo hacer, y recomiendo la asociación a todas mis conocidas que van a tener bebés. Ojalá entre todas la hagamos más grande, y más fuerte, porque es una pena ver que hay tantas mamis que abandonan la lactancia por falta de un buen apoyo, y por consejos de profesionales desactualizados. Lo que necesitamos las recién mamás (y no tan recién también) es escucha, comprensión, y sobre todo información ACTUALIZADA. Todo eso, y más, es lo que he encontrado Amamanta, ¡GRACIAS!