Hace mucho tiempo de esto, pero seguiré eternamente agradecida a Bárbara, me reincorporé a mi trabajo a las dichosas 16 semanas y me extraía leche en cada pausa para seguir amamantando en exclusiva a mi bebé, una mastitis llegó y sin nada de información ni asesoramiento llamé desesperada a uno de los teléfonos disponibles en Amamanta, me atendió Bárbara tranquilizándome, aclarándome y resolviendo cada una de mis dudas, y no solo eso, me recordó lo bien que lo estaba haciendo y el valor de mi sacrificio. A punto de abandonar, esa llamada salvó nuestra lactancia que finalmente duró 38 meses. Colgué entre lágrimas emocionadísima del cariño totalmente altruista con el que fui atendida, GRACIAS por vuestra increíble labor.