Descubrí los talleres tarde, porque debería haber empezado antes de dar a luz. Aún así, con mi peque de dos meses, bajo peso y mil dudas, Marián nos ayudó a hacer que la lactancia funcionara y fuera una etapa bonita de la maternidad.
La tribu de los talleres arropa, consuela, apoya cuando a veces nadie más lo hace y a menudo es lo único que una madre necesita.
Gracias de todo corazón por todo