Gracias a Amamanta y a sus valiosas voluntarias por la labor de escucha, acompañamiento y apoyo. Además son capaces de generar en los talleres un ambiente cálido y de confianza en el que compartir experiencias, expresar dudas, miedos…
Los talleres virtuales, a falta de los presenciales, son un espacio de información y sabiduría necesario en tiempos de pandemia.
Amamantar a tu hija es una experiencia maravillosa y poder disfrutar de ella, salvar los baches y compartir los logros, así como animar a otras mamás es toda una alegría. Gracias a Magda y a Natascha que me ayudaron al principio de la lactancia, y a Dulce y Laura por su dedicación. Nuestra hija se está llevando el mejor regalo que le puedo dar.
Ojalá hubiera sabido de Amamanta durante el embarazo, futuras mamis os animo a conectaros.