He deseado ser madre en los últimos siete años y al final lo conseguí en el año más complicado vivido hasta ahora. En plena pandemia, sin apoyo de matronas, talleres de lactancia y familia, Amamanta ha sido mi punto de apoyo, ya no solo durante el embarazo, enseñándonos todo lo necesario para ser buenas mamás, sino una vez que llegó mi hijo, para apoyarme en el momento más vulnerable de mi vida. Sin ellas, la semana que debería haber sido la más feliz de mi vida, se hubiera convertido en una pesadilla. Maya, Raquel y Carmen asesoras de Amamanta habéis salvado mi lactancia y la de mi bebé y a todas las compañeras del taller que abrieron sus corazones ante mis lágrimas. Millones de gracias a todas.