Agradezco a Cintia Borja y a Bárbara, por su ayuda cuando tuve problemas tras la reincorporación al trabajo. Tuve días de muchísimo dolor, y en mi centro de salud no conseguí que nadie me viese.
Bárbara fue la palabra de aliento, y me puso en contacto con Cintia, que no solo me dio diagnóstico, sino que además vio que el peque aún tenía frenillo. Gracias a su ayuda pudimos volver a acudir a la Unidad de Lactancia y repetir el corte de frenillo, yo me recuperé de las grietas e ingurgitaciones y, por fin, tras 7 meses de lactancia, ¡se acabó el dolor!