ACOMPAÑAR,
UNA ACEPTACIÓN INCONDICIONAL.
Lo podéis leer pulsando AQUÍ.
Compartimos aquí sus Reflexiones para mejorar….
Este acompañamiento me ha hecho crecer como persona y como madre. Me ha enseñado a ser más paciente, a escuchar, a interpretar los ritmos naturales de otras personas y, sobre todo, a respetar las decisiones ajenas.
Como el resultado del amadrinamiento ha sido positivo siento, además, una gran satisfacción personal por haber podido ayudar a una familia con problemas.
No me ha resultado nada fácil ya que Arlet partía de un estado clínico muy preocupante, así que al principio todo se planteó un poco contra reloj, y he experimentado en carne propia que es muy difícil no responsabilizarte del resultado del proceso y el desgaste emocional que ello conlleva es enorme.
Sin embargo estas dificultades no hacen sino reafirmarme en la necesidad de continuar tejiendo esta enorme tela de araña de solidaridad que representa Amamanta y su trabajo diario.
En palabras de María Llopis, que se define como artista, activista y madre subversiva: “Aunque a veces se establece la lactancia de forma espontánea y sin mayor problema, otras se requiere una atención especial para que la cosa funcione. Y vivimos en una sociedad donde cada uno está aislado y las mujeres se quedan solas con un montón de prejuicios y opiniones tóxicas que dificultan que fluya… Necesitamos ayuda, referentes, cuidados.”
Si una madre decide no amamantar está en su derecho, y es una opción respetable, pero nada hay más triste que esas madres que, con voluntad de hacerlo, y por falta de ayuda, o simplemente por falta de información, no consiguen disfrutar de la lactancia, no consiguen establecer ese binomio íntimo y mágico con su hijo o hija.
Los testimonios son estremecedores:
En un foro de lactancia de internet una madre que acababa de dar a luz, explicaba que no tuvo ninguna ayuda y que cuando bajaba a la plaza del pueblo a pasear y veía a sus amigas amamantando y compartiendo ese momento con sus hijos y el resto de mamis, lo que hacía era huir y esconderse en su casa, no soportaba el hecho de que ella no pudiera amamantar y se veía fuera de lugar. Su reflexión era desgarradora porque ella se consideraba la única culpable de su situación, por no haberse preocupado en buscar ayuda previa, por haberse aislado de su entorno, y preguntaba si aún estaría a tiempo de retomar la lactancia.
O este otro presentado por Carolina Del Olmo en su libro ¿Dónde está mi tribu?: “Estoy intentando relactar a mi hijo desde hace un mes. Ha pasado todo este tiempo y no he visto muchos progresos… Es muy agotador sacarse leche cada dos por tres y obtener solo 20 o 30 ml… Cuando leo algunas mujeres diciendo que se sacan 100ml en una sola extracción tengo ganas de llorar, parece que tengo un defecto de fabricación.. No tengo ganas de nada, no tengo ganas de salir, ni de arreglarme, ni de hacer cosas que antes me gustaban. No hablo mucho ni con mi marido, el único tema que tengo es la relactación. No quiero desistir, pero está siendo mucho más difícil de lo que imaginaba. Esto me consume psicológicamente, a veces pienso que no estoy en condiciones de criar a mi hijo, y que mi marido tiene razón, que estoy obsesionada con la lactancia, que es mejor dar biberón y ya está. Pero es que sé que , si lo hago, no voy a salir del pozo..
Una cosa que me incomoda mucho es que la gente no comprenda lo de relactar. .. Es agotador, estoy todo el dia con las tetas al aire, unas pintas que no veas, y es solo dar relactador, sacar leche, hervir agua, cambiar pañales, más relactador..
El bebe lucha porque no quiere relactador, quiere el biberón. Insisto con el relactador pero llora y llora .. Hoy fuimos a pesarle y va todo bien… solo me gustaría dejar de darle la leche artificial. A cada lata nueva que empiezo, es como si me metiera un clavo en el corazón…”
Ante testimonios tan conmovedores tu mente reacciona, sí que es verdad que todos necesitamos una tribu o una manada en la que poder aprender, compartir, apoyarnos, ser atendidas y escuchadas.<
Supongo que por eso me decidí a realizar este curso, porque el objetivo de ayudar y de compartir tu conocimiento con madres y padres, trasmitirles que la lactancia materna es posible, siempre y cuando una quiera, propiciando una maternidad responsable que contribuya a criar niños y niñas felices, me parece una de las mejores inversiones a futuro.
Y es muy importante que todo este conocimiento adquirido en el curso se pueda difundir en hospitales, centros de salud, talleres o acompañamientos particulares. En mi caso concreto, seguiré ayudando a amigas que me lo soliciten y tengo previsto para el próximo año participar con Amamanta en visitas a hospitales, aunque eso sí, tendrá que ser en la medida de mis posibilidades, porque debido a mis horarios de trabajo y a la crianza de mi hijo, no dispongo de mucho tiempo libre. Pero ya sabemos que “tota pedra fa pared”, así que: ACTUANDO LOCALMENTE, CAMBIANDO GLOBALMENTE