Inicié este proyecto en silencio, con muchísima ilusión y el apoyo de mi marido y de toda la manada de Amamanta. Me puse a buscar fotos, contacté con las propietarias, quienes se mostraron entusiasmadas con el proyecto, eso me dio aliento para continuar. La mayor parte de las fotos eran de madres amamantando a sus bebés, ello me hizo temer que no tuviese mucha aceptación esa exposición. Una vez lo tuve todo elaborado, se lo comenté primero a una compañera (que luego me ha ayudado muchísimo en el montaje de la exposición… bueno, más bien la he ayudado yo porque ella lo ha hecho casi todo) y luego al jefe de estudios, quienes, sorprendentemente para mí, se mostraron entusiasmados con mi proyecto. No he tenido ninguna restricción para montarla, ni de número de fotos, ni de material, ni de nada, el jefe de estudios me dio carta blanca para montarla como yo creyese conveniente.
A partir de ahí se me planteó un nuevo reto ¿Tendría aceptación entre el alumnado, niños de 3 a 16 años? La respuesta fue, nuevamente, sorprendente para mí. Los alumnos del centro, de todas las edades (también a los niños de 4 años, quienes cuando pasaban por delante haciendo el trenecito a veces soltaban una mano del trenecito para señalar alguna foto que les llamaba la atención) se paraban a mirarlas con detenimiento. Numerosos compañeros me han dado la enhorabuena por la exposición, la directiva del centro me ha dado públicamente las gracias por ella, la verdad es que en sitios así da gusto hacer cosas nuevas.
Otro día, al salir del centro iba hablando con una maestra de allí, se paró, le comenté rápidamente por qué colgó Cristina Perales en su web la foto suya que aparece en la exposición y le leí el final del texto, que luego ella leyó en voz alta para que otros dos compañeros que iban con ella lo escuchase: “… Por eso he decidido poner esta foto de mi pequeño mamando en medio de una sesión de fotos que hicimos para el disco. Así, si alguien busca “las tetas de Cristina Perales” por lo menos que se muestren para lo que realmente sirven. Porque nunca les encontré más sentido. Ni más placer…” . Le hizo mucha gracia, y me dijo “es verdad, yo he amamantado a mi hijo y sí que sentía mucho placer, yo guardo unos recuerdos muy bonitos de eso, de amamantar a mi hijo”.
La conserje del centro, que tiene justo delante de su garita la exposición, me comentó no hace mucho que los ratos que los profesores le damos un respiro y no tiene trabajo, se acercaba a ver la exposición, a leer lo que esta escrito, y me confesó “es que cuanto más la veo y lo leo todo, más me gusta”.
Esta experiencia ha sido tremendamente enriquecedora para mí. Llevaba mucho tiempo buscando la manera de introducir la lactancia materna en los centros educativos, y creo que he encontrado una buena fórmula. A partir de ahora puedo afirmar que la lactancia materna SE PUEDE introducir a los jóvenes, que, contrariamente a lo que muchos me habían dicho en numerosas ocasiones, SÍ que les interesa. Para mí es fundamental introducir la lactancia materna a nuestros niños y jóvenes. Ellos son el futuro, y los centros educativos es el sitio idóneo para concienciarles. Es una lástima que no se toque ese tema en la asignatura de biología, por ello debemos de esforzarnos en idear actividades que les puedan resultar atractivas de alguna manera y que no supongan ningún trastorno para el centro.